Después de implementar varias estrategias de corto y mediano plazo que se ejecutaron durante las primeras dos décadas del siglo XXI para avanzar en el desarrollo tecnológico del país, la Presidencia de la República Dominicana se abocó a elaborar una estrategia de largo plazo que asegurara la transformación digital del país que, incorporando las lecciones aprendidas de las iniciativas previas, nos permitiera afrontar exitosamente los desafíos de la 4ta Revolución Industrial (4RI)1.
Así nace la Agenda Digital 2030, una carta de ruta que nos guiará hacia donde queremos estar como nación en materia de adopción tecnológica, impactando a los sectores productivos, gubernamentales, académicos y la sociedad en su conjunto.
Para ello, se constituyó un Gabinete de Transformación Digital, presidido por el Presidente de la República y coordinado por el Ministerio de la Presidencia, compuesto por diversas organizaciones públicas y privadas funcionando como un mecanismo permanente de articulación y consenso, garantizando de esa forma que esta política pública sea continua y sostenible en el tiempo.
Las revoluciones industriales son las etapas de profundos cambios económicos y sociales impulsados por los avances tecnológicos. En el caso de la cuarta, estos han sido producto del surgimiento de tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, Computación en la Nube, Internet de las Cosas, entre otras.